Doce vueltas alrededor del sol

Las Horas eran doce diosas griegas que acompañaban a Apolo en su recorrido alrededor del sol para propiciar la kalokagathía, es decir, el acto de emprender obras que eran bellas (kalos) y buenas (agathos). Cada una de ellas tenía asignado un momento del día y una actividad: Anatole el amanecer, Musia la hora matutina de la música, Gimnasia el ejercicio, Acte el placer de la comida, Elete el trabajo de la tarde… Así, hasta doce, terminando con Arctos, el descanso en la última luz del día. 

El plan de Cristina González Bermejo al frente del UX & Design Hub de Repsol pasaba por reforzar y elevar su cultura de diseño. Tras un encuentro vespertino con todo su equipo —ellas trajeron magníficos quesos y nosotros pusimos dos buenos vinos— tomamos la decisión: Iniciaríamos un programa de doce sesiones alrededor de ese sol del diseño, deteniéndonos cada mes en una idea, una experiencia o un territorio, junto a alguien que compartiese su conocimiento y sus experiencias.

Hace apenas unos días terminó esa primera vuelta al sol en un encuentro muy especial. Cultura de producto, sonificación y diseño de lo acústico, escalado de equipos, gestión del talento, referentes históricos, narrativa… El balance es inevitable: miro atrás y siento que aunque el Instituto haya puesto todo lo que tenía para acompañarlas en su crecimiento, en realidad era yo quien aprendía cada día de ellas: de su ambición, su tenacidad, su madurez intelectual y esa mezcla de idealismo y sensatez tan difícil de lograr.

Tienes que subir a las nubes y después saber bajar a la tierra, después subir otra vez y repetirlo seis veces cada día.

Me lo decía José Ramón Pérez Agüera el otro día, compartiendo un café. Y yo volvía a casa precisamente pensando en ese equipo y en lo que hemos recorrido juntos, en la energía del Design Hub de Repsol y en la complicidad y el apoyo que han tenido de Valero Marín y Enrique Fernández Puertas. De la estrategia a la táctica y de lo intelectual a lo operativo, así hasta doce veces.

El Instituto nació con un plan muy concreto: elevar el nivel de quienes crean los nuevos productos y servicios de este país, formar sin pensar en lo que demanda el mercado sino en cómo podemos mejorarlo. Cuando nos encontramos con equipos y organizaciones cómplices en ese propósito, las ganas de trabajar, la fuerza y la motivación se disparan. Pocas cosas imagino más hermosas, útiles y necesarias.

Instituto Tramontana