Inteligencia artificial, diseño y batas azules
Ayer compartimos una tarde interesante en el Instituto. Miguel Ángel Román y Andrés Torrubia, del Instituto de Inteligencia Artificial (IIA), compartieron con nosotros una charla acerca de la inteligencia artificial y su entrada en el mundo del diseño. Vimos conceptos, ejemplos, escenarios y hasta tuvimos tiempo de reflexionar.
Nuestros invitados hablaron de las capacidades en las que la IA se está haciendo fuerte. Casi más que ver esas habilidades en acción, impresiona cuando las nombramos:
Predecir y optimizar
Ver
Hablar, programar, y enunciar (en diferentes lenguajes y notaciones)
Comprender
Sintetizar y crear
También aprendimos cómo esto está pasando desde la multimodalidad: de trabajar en un solo medio a hacerlo en varios: convertir lenguaje en imágenes y al revés: discurso a partir de ilustraciones o fotografías. De muchos inputs a muchos outputs. Y no ha hecho más que empezar.
Surgieron infinidad de preguntas, algunas dudas, unos pocos miedos, viéndolo todo desde la silla del diseño ¿Será una entrada de texto la siguiente interfaz de Figma? ¿Le hablaremos al software, describiéndole con cariño y detalle todo lo que queremos que haga? Amplía esto, reencuadra lo otro, fusiona estas dos imágenes, dale un tono más ochentero... Automáticamente, hemos ascendido de diseñadores a directores creativos de un ejército de esclavos con paciencia infinita y cansancio inexistente.
Pero, un momento... Si Figma será capaz de procesar nuestras descripciones verbales, si puede entender nuestras intenciones y nuestras palabras, eso significa que podemos resolver muchas de las interfaces que ahora son gráficas mediante el lenguaje. ¿Querrá decir eso que habrá menos diseño? ¿O menos diseño visual? ¿Morirán o mutarán la mitad de las aplicaciones basadas en interfaces gráficas de usuario (GUI), sustituidas por interfaces de voz?
¿Quién podría querer ocupar sus dedos y su vista en algo que puede resolver sólo con lenguaje y oído, mientras hace otras cosas? ¿Quién quiere pedir un coche con la app de Uber si puede resolverlo con un "llévanos a casa" voceado al smartwatch? Porqué reducir el ancho de banda de lo que queremos contar a los botones, desplegables y opciones de una interfaz gráfica. ¿Acaso no ocurre suficiente merma en el proceso de pasar nuestros pensamientos a palabras?
Se confirma que la historia del diseño de interacción es sangrienta: a la linea de comandos la mataron las interfaces gráficas y, cuarenta años después, muchas de ellas —quizás la mayoría— morirán degolladas por la inteligencia artificial.
El rol de quien diseña, ¿seguirá siendo imaginar la solución o guiarla? De diseñar interfaces gráficas a diseñar prompts perfectos. Pero... ¿Peligran empleos? ¿Debemos tener miedo? Dudas en la sala.
Hay un diseño que es intelectual, se basa en estudiar y entender para poder proyectar decidiendo el qué Hay otro más técnico que se basa en la técnica y la repetición, más pendiente del cómo. El primero requiere mucho análisis y estudio, el segundo mucha herramienta y proceso. Diseño como profesión frente a diseño como oficio; laboratorio frente a fábrica y biblioteca frente a taller.
Cuando las IA diseñen, ¿lo harán con bata blanca o azul? Se nos presenta una magnífica oportunidad necesidad de elevarnos profesionalmente.