Cuando el legado perdura
Al Instituto Tramontana lo diferencia una tríada diferente al resto de escuelas: su alumnado, sus profesores y sus principios. Tenemos claro qué nos exigimos en cada uno de esos ámbitos: Das Beste oder nichts, que decía Gottlieb Daimler.
José Luis Antúnez entrega este año su titularidad al frente del programa de Dirección de Marca y Cultura, pero mantiene su “cátedra vitalicia” —y se reserva unas cuantas clases, su best of—, precisamente porque con su forma de pensar, de enseñar y de actuar, refuerza desde el principio esa tríada nuestra.
Hemos visto llorar a alumnos y alumnas suyas en la despedida de su programa. Hemos escuchado a otras personas decirnos cómo Antúnez les había cambiado por completo la forma de entender el mercado y su profesión. Todas las personas que estamos tras bambalinas en el Instituto, no sólo los alumnos, nos hemos contagiado de su mirada, de su forma de entender la relación entre empresas, personas y sociedad.
Es imposible enseñar a mucha gente, muy bien y durante muchos años. Quienes ponen cabeza y corazón en algo necesitan bajar el ritmo, cambiar de aires de vez en cuando, explorar otros espacios y refrescar la mente, aunque la vocación no desaparezca. Antúnez se lo tiene ganado.
El testigo lo retoman dos grandes, con autoridad, experiencia y discurso propio en los asuntos de marca y cultura: Gabriela Lendo y Fernando de Córdoba. Los dos, además, han sido alumnos, y comparten principios. La tríada vuelve a reforzarse.
Gracias, José Luis.