Cinco libros de filosofía contemporánea, mediterránea y en castellano con los que comenzar a hacerse preguntas.

Recomendación de Máximo Gavete, director del Programa de Filosofía como ventaja táctica.


Existe la idea de que la filosofía es algo del pasado, una suerte de visión superada por maneras más modernas, más científicas, más cuantitativas de comprender el mundo. Es una idea errónea. La filosofía, como literatura conceptual que es, goza de un dulce momento editorial. En las respuestas de nuestros coetáneos, o mejor dicho, en sus preguntas, encontramos siempre una escalera, que, apoyada en la actualidad, nos permite mirar con altura las cuestiones del largo plazo.

Otra idea errónea es la de que la filosofía en castellano no está a la altura de la escrita en otras lenguas. Confusión absurda que nace de esa tendencia tan nuestra de ir a buscar fuera lo que tenemos en casa. El idioma y la cultura dan forma al modo en que entendemos el mundo y la vida. “Mundo” y “Vida” son conceptos muy distintos cuando se dicen desde el castellano y desde el Mediterráneo que cuando se dicen desde el inglés y los Estados Unidos. La Vida y el Mundo se piensan, se dicen distintos desde aquí. No se me malinterprete: no hay más verdad en nuestro modo. Simplemente, una verdad diferente y por descubrir.

Por todo esto es por lo que quería traeros una selección muy personal de cinco libros contemporáneos y escritos en castellano para iniciarse en la lectura filosófica. Algunos de ellos tienen una conexión directa con el Programa de Filosofía como ventaja táctica, ya que sus autores nos acompañan como profesores invitados. Las cinco son obras que tienen un peso relevante a la hora de analizar con agudeza conceptos de nuestra realidad compartida. 


Filosofía mundana de Javier Gomá Lanzón y editado por Galaxia Gutenberg

Este libro es una colección de microensayos que Javier Gomá, quizá el filósofo español con mejor prosa en la actualidad, fue publicando con anterioridad en otros volúmenes, así como en prensa. Gomá nos muestra cómo desde la anécdota, la vivencia y el humor se puede hacer filosofía. Sus textos son una demostración de que la buena filosofía es la que baja a la calle, la que convive en lo cotidiano, la que se ocupa de lo mundano. Leer algunos de los ensayos contenidos en esta obra, debatirlos en clase y también con su autor, es uno de los momentos que más gozamos en el Programa de Filosofía.

Decir el mal de Ana Carrasco Conde y editado por Galaxia Gutenberg

Carrasco Conde propone en su libro comprender el mal en clave de relaciones, de dinámicas intersubjetivas y no en clave esencialista, objetual o estructural. El mal es un tipo de relación que carece de afecto, de poesía. Un libro que, junto a otros, me ayudó a abrir la mirada y a entender el diseño como una actividad relacional: algo que construye relaciones, y no tanto algo que resuelve problemas. En la clase que impartió en la primera edición del programa, y también en este libro que os recomiendo, Carrasco-Conde nos recuerda que unos de los mayores diseñadores de la eficacia, de la eficiencia y de la resolución de problemas fueron Himmler, Heydrich y Eichmann: los arquitectos del Holocausto. Resolver un problema no tiene por qué ser algo bueno en sí.

La resistencia íntima de Josep Maria Esquirol y editado por Acantilado

Esta obra de Esquirol está cuajada de mediterraneidad. En ella abundan palabras tan nuestras como “cuidado”, “protección”, “proximidad”, “cotidiano”. Dice Esquirol: “La finitud y la muerte no se superan: se afrontan.” Compré el libro poco tiempo antes de que llegará el confinamiento y fue como si comprara un manual de resistencia para lo que estaba por venir. Lo suyo no es estoicismo, es más íntimo, más honesto. Una superación del nihilismo desde el cuidado, la resistencia y con el lenguaje.

Un mundo común de Marina Garcés y editado por Bellaterra

Una de las problemáticas cruciales actuales (aunque ha estado ahí desde el principio de la filosofía) es la de la dicotomía yo/nosotros o, dicho de otro modo, persona/comunidad. La problemática de no querer ser un yo ensimismado en su egocentrismo, pero tampoco sentirse identificado con la disolución y el borrado de la identidad en lo universal. Cómo declararse singular y a la vez aprender a vivir anónimamente es lo que Garcés, recogiendo la fenomenología de Merleau-Ponty, nos plantea en su obra. Un texto que, siendo académico, no se hace por ello denso ni pesado gracias a la prosa limpia de su autora.

No seas tú mismo de Eudald Espluga y editado por Paidós

Una disección de la generación millennial desde su interior y poniendo en relevancia las claves estructurales que conforman una generación fatigada que puede reivindicar el malestar como una forma de rebeldía. Un análisis muy fino de las falsas dicotomías que nos rodean y que no nos cuestionamos dotándolas de una verdad que carecen. Así, lo online/offline, lo material/digital y el determinismo tecnológico y su sesgo analítico son objetos de crítica por parte de Espluga. El autor nos acompaña en una de las clases del programa donde analizamos todos estos rasgos de la generación millennial. Un libro y una clase repletos de hilos de los que tirar y memes con los que sonreír. 


 

Espero y confío que esta lista, que pese a su brevedad desborda sabiduría y reflexión, os sirva de primer paso y arranque en el camino de la lectura filosófica en castellano y desde el mediterráneo. Y si estáis interesadas/os en el Programa de Filosofía como ventaja táctica, ya sabéis dónde estamos. Os esperamos con los brazos y los libros abiertos.

Instituto Tramontana
Rafa Rebolleda o el diseño en corporaciones, multinacionales y startups.

Ha dirigido equipos de diseño en grandes startups y corporaciones: Cabify, Telefónica, New Relic o ahora, como uno de los pocos directores de diseño del ámbito digital en Ikea. Con toda esa experiencia, Rafa Rebolleda lidera la segunda edición del Programa de dirección de Diseño. Le entrevistamos para conocerle un poco mejor.

Descríbete en pocas líneas cuéntanos un poco de ti y de tu trayectoria profesional.

Mi carrera está dividida casi igualmente desde hace más de 20 años entre consultoría, emprendimiento y corporación en contextos internacionales. Esto me ha permitido estar expuesto a gran variedad de aproximaciones en términos de gestión y dirección, velocidad, recursos disponibles, política…

A lo largo de todo este tiempo, he sido observador y participante de movimiento tecnológicos y socio-culturales, desde la evolución de la propia industria de diseño hasta el advenimiento y popularización de internet, las redes sociales o el smartphone. Me siento muy afortunado de haber vivido estas transformaciones no sólo como consumidor, sino como profesional activo.

¿Si volvieras a empezar tu carrera, qué cosas harías diferente?

Sin duda lo que más ha cambiado es el acceso a la información y la oportunidad de vincularte a individuos y comunidades con intereses compartidos. Con ese contexto, intentaría hacer lo que recomiendo siempre a mis alumnos: escribe, documenta y comparte todo lo que puedas sobre lo que aprendes, lo que piensas... hacer esto con interés no sólo te ayuda a procesar y consolidar la experiencia; también te expone a la industria.

¿En tu opinión, hacia dónde está evolucionando el rol de Director de Diseño?

De la Dirección de Diseño se esperan responsabilidades muy distintas según el contexto, el tipo de empresa o su industria: agencias, consultoras o equipos de diseño internos tienen distintas necesidades y expectativas. En todo caso, es necesario contar con la capacidad de entender el negocio o saber cultivar y desarrollar el talento, habilidades que complementan en mayor medida que en el pasado las puramente técnicas o la dirección creativa, sin duda necesarias también.

¿Cómo es el día de quien dirige diseño?

Podríamos establecer distintas áreas de trabajo recurrentes:

  • Equipo: Gestión de proyectos, personas, contratación y en general mantener la operación de diseño en la organización para entregar calidad e impacto al negocio a la par que se cultiva un buen contexto de trabajo.

  • Otros líderes al mismo nivel: Favorecer la colaboración entre disciplinas, establecer objetivos y criterios de éxito a corto, medio y largo plazo.

  • Ejecutivos: Influir en la estrategia y la inversión en diversas iniciativas, comunicación sobre hitos clave del equipo así como la gestión de demandas y expectativas.

¿Con qué herramientas trabajas en tu día a día?

Las herramientas van y vienen como la moda; no creo que sean particularmente relevantes. Si nos abstraemos, es necesario tener la capacidad de documentar el trabajo —a todos lo niveles— y hacer seguimiento del mismo, a menudo de manera colaborativa, así como de comunicar con claridad y persuasión. Dicho esto, los que me conocen saben que soy muy fan de tener una pizarra en blanco a mano para expandir las capacidades cognitivas :)

¿Qué tiene que tener un buen Director de Diseño?

Integridad, credibilidad y visión. Una cosa le sobra, no obstante: ego.

¿Qué otro tipo de formación has estudiado? ¿Te ha sido útil para tu trabajo?

Si hablamos de formación reglada, estudié Multimedia, que fue una formación bastante completa, desde la teoría de fundamentos de medios hasta los procesos de ingeniería de software. Me ha resultado muy útil para desarrollar conocimientos transversales dentro de diversas especializaciones de diseño, así como con otras disciplinas con las que colaboramos frecuentemente, como producto o ingeniería.

El MBA me sirvió sobre todo para entender cómo se percibe la aportación de diseño desde fuera, y en particular cómo dejar atrás el discurso un tanto vacuo del manido “valor de diseño” que tantas veces se escucha en nuestros foros endémicos. También hice un master sobre Gestión Estratégica del Conocimiento del que recogí un entendimiento más profundo de la gestión del talento y la cultura en las organizaciones.

¿Quién es un referente para ti?

Una persona que quizás no se vincula directamente con el rol contemporáneo de Dirección de Diseño pero que para mí es sin duda un referente en muchos aspectos es Douglas Engelbart. Un visionario con gran rigor intelectual y capacidad de liderar equipos en la materialización de conceptos disruptivos que han dado forma a nuevas industrias y, en última instancia, transformado completamente la sociedad.

¿Qué crees que aporta el Instituto Tramontana en el ecosistema del diseño en España?

Tramontana ofrece programas que simplemente no existen en el mercado, aportando muchísimo rigor y excelencia en contenido, con una abordaje docente que pone por delante la calidad a la eficiencia o la maximización. Se está consolidando como un referente porque sus alumnos están a su vez siendo referentes en el mercado.

Este programa, ¿A quién va dirigido?

A profesionales con experiencia en equipos de diseño que quieren consolidar la confianza en su posición o realizar una progresión a corto plazo a posiciones de liderazgo.

¿Qué vamos a aprender? ¿Vamos a trabajar con casos reales?

El programa aborda la dirección de diseño desde tres perspectivas complementarias: la cultura y el equipo dentro de diversos tipos de organización, el negocio a través del desarrollo de productos y servicios, y finalmente la gestión de la operación de una organización de diseño.

A lo largo del programa compartiremos experiencias reales, tanto entre los participantes regulares —claustro y alumnos— como de invitados que nos abrirán las puertas de sus organizaciones y proyectos.

Cuando acabe el programa ¿qué habrán obtenido los participantes?

El objetivo es adquirir confianza en la toma de decisiones y solidez en el desempeño de posiciones de liderazgo de diseño. Estas pueden ser con respecto al abordaje estructural u operativo, a la resolución de conflictos, a la negociación con otros agentes relevantes o la gestión de clientes... a partir de un cierto nivel de exigencia profesional, no bastan las reglas o fórmulas que podemos repetir una y otra vez; la misma situación puede requerir actuaciones distintas porque el contexto de dos organizaciones puede ser distinto a nivel de industria, equipo, momento o cualquier otra variable. Lo importante es desarrollar criterios sólidos para ejercer con confianza, tanto de manera reactiva como proactiva.

Aquí un fragmento del dossier del programa. Descárgalo aquí completo (pdf)

El Programa de Dirección de diseño empieza el 21 de octubre de 2022. Se trata de un programa directivo, pensado para formar a las personas que dirijan y representen el diseño ante toda su organización y sus colaboradores.

  • Cuándo: 24 sesiones los viernes por la tarde, empezando el 21 de octubre

  • Dónde: presencial, en la sede del Instituto Tramontana en Madrid

  • Cuánto: 11.500€ para nuevos alumnos, 10.120€ para alumnos actuales o pasados

  • Bonificable por FUNDAE: sí

Entra en la ficha del programa para más información o para inscribirte.

Instituto Tramontana
Inteligencia artificial, diseño y batas azules

Ayer compartimos una tarde interesante en el Instituto. Miguel Ángel Román y Andrés Torrubia, del Instituto de Inteligencia Artificial (IIA), compartieron con nosotros una charla acerca de la inteligencia artificial y su entrada en el mundo del diseño. Vimos conceptos, ejemplos, escenarios y hasta tuvimos tiempo de reflexionar.

Nuestros invitados hablaron de las capacidades en las que la IA se está haciendo fuerte. Casi más que ver esas habilidades en acción, impresiona cuando las nombramos:

  • Predecir y optimizar

  • Ver

  • Hablar, programar, y enunciar (en diferentes lenguajes y notaciones)

  • Comprender

  • Sintetizar y crear

También aprendimos cómo esto está pasando desde la multimodalidad: de trabajar en un solo medio a hacerlo en varios: convertir lenguaje en imágenes y al revés: discurso a partir de ilustraciones o fotografías. De muchos inputs a muchos outputs. Y no ha hecho más que empezar.

Surgieron infinidad de preguntas, algunas dudas, unos pocos miedos, viéndolo todo desde la silla del diseño ¿Será una entrada de texto la siguiente interfaz de Figma? ¿Le hablaremos al software, describiéndole con cariño y detalle todo lo que queremos que haga? Amplía esto, reencuadra lo otro, fusiona estas dos imágenes, dale un tono más ochentero... Automáticamente, hemos ascendido de diseñadores a directores creativos de un ejército de esclavos con paciencia infinita y cansancio inexistente.

Pero, un momento... Si Figma será capaz de procesar nuestras descripciones verbales, si puede entender nuestras intenciones y nuestras palabras, eso significa que podemos resolver muchas de las interfaces que ahora son gráficas mediante el lenguaje. ¿Querrá decir eso que habrá menos diseño? ¿O menos diseño visual? ¿Morirán o mutarán la mitad de las aplicaciones basadas en interfaces gráficas de usuario (GUI), sustituidas por interfaces de voz?

¿Quién podría querer ocupar sus dedos y su vista en algo que puede resolver sólo con lenguaje y oído, mientras hace otras cosas? ¿Quién quiere pedir un coche con la app de Uber si puede resolverlo con un "llévanos a casa" voceado al smartwatch? Porqué reducir el ancho de banda de lo que queremos contar a los botones, desplegables y opciones de una interfaz gráfica. ¿Acaso no ocurre suficiente merma en el proceso de pasar nuestros pensamientos a palabras?

Se confirma que la historia del diseño de interacción es sangrienta: a la linea de comandos la mataron las interfaces gráficas y, cuarenta años después, muchas de ellas —quizás la mayoría— morirán degolladas por la inteligencia artificial.

El rol de quien diseña, ¿seguirá siendo imaginar la solución o guiarla? De diseñar interfaces gráficas a diseñar prompts perfectos. Pero... ¿Peligran empleos? ¿Debemos tener miedo? Dudas en la sala.

Hay un diseño que es intelectual, se basa en estudiar y entender para poder proyectar decidiendo el qué Hay otro más técnico que se basa en la técnica y la repetición, más pendiente del cómo. El primero requiere mucho análisis y estudio, el segundo mucha herramienta y proceso. Diseño como profesión frente a diseño como oficio; laboratorio frente a fábrica y biblioteca frente a taller.

Cuando las IA diseñen, ¿lo harán con bata blanca o azul? Se nos presenta una magnífica oportunidad necesidad de elevarnos profesionalmente.

Instituto Tramontana
De cómo diseñar una herramienta de visualización

Por Juan Morales, director del Programa de Visualización y diseño de datos


La mayoría de diseñadores que se enfrentan a la visualización de datos se encuentran con el problema de comunicar cierta cantidad de datos de una manera clara y atractiva. Ese escenario, dependiendo de los datos y el contexto, puede ser más o menos complicado. No es lo mismo que el receptor del mensaje sea el consejo de administración de una empresa, al que se le supone un mínimo de conocimiento técnico y sobre todo interés por el mensaje; a que se esté diseñando una visualización para el gran público, que va a ser transmitida a través de la pequeña pantalla de un teléfono móvil y además, compitiendo por la atención del receptor.

La complejidad a la que nos enfrentamos a la hora de visualizar puede crecer rápidamente por infinidad de factores.

Tampoco es lo mismo tener que comunicar cuál es la ocupación hotelera en las diferentes comunidades autónomas, a tener que transmitir cómo ha sido el efecto de las ofertas de descuento lanzadas a lo largo del año pasado sobre las ventas de cada producto, por tienda.

La complejidad a la que nos enfrentamos a la hora de visualizar puede crecer rápidamente por infinidad de factores. Pero siempre que conozcamos los datos antes de empezar a diseñar, estaremos en una posición de dominio suficiente para sacar un buen trabajo adelante. Consejo, si no tienes los datos antes de empezar, no aceptes un trabajo de visualización de datos porque el riesgo de que tu diseño no funcione con los datos finales es muy elevado.

© Graphext

Aún así hay gente que se tiene que enfrentar al último giro de tuerca, tener que diseñar una visualización de datos sin datos. Están en esa situación los encargados de diseñar no la visualización final, sino la herramienta que se utilizará para crear la visualización final.

Si te vas a embarcar en ese reto te diría que simplifiques y acotes el espacio de diseño. Vamos, nada que un diseñador con experiencia no sepa... pero a veces nos emocionamos y nos volvemos locos.


1. Simplifica y acota el espacio de diseño

Intenta responder a las siguientes preguntas lo antes posible:

  • ¿Qué tipo de usuarios van a usar la herramienta para crear visualizaciones de datos?

  • ¿Tienen conocimiento estadístico y podrán realizar transformaciones de datos?

  • ¿Qué tareas tienen que cumplir esas visualizaciones? ¿Son visualizaciones para comunicar, comprobar o descubrir información?

  • ¿Cuál va a ser el público objetivo de esas visualizaciones?

  • ¿En qué tipo de dispositivos se van a tener que reproducir las visualizaciones finales?

  • ¿Es necesario o tiene sentido poder crear visualizaciones interactivas?

  • ¿Qué tipos de datos es necesario soportar? Tabulares, Relacionales, Espaciales, Temporales...

  • ¿Qué cantidad de datos es necesario manejar? ¿Una pequeñas tablas con 2 o 3 columnas o bases de datos enteras?

Teniendo todo esto claro podrás empezar a descartar características y a simplificar el problema. Si no es necesario, no des soporte para interacción, no des soporte para pantallas pequeñas, no des soporte a transformaciones de datos, no des soporte para diferentes tipos de datos y tampoco para diferentes tipos de tareas.

Piensa que dar la opción de crear 5 visualizaciones no es muy difícil, pero si das la opción de visualizar para pantallas pequeñas y grandes, ya son 10, con interacción y sin interacción, se van a 20 escenarios distintos y algunos de ellos complicados. Interaccionar en pantallas pequeñas no es nada sencillo. Si además añades soporte para diferentes tipos de datos encontrarás visualizaciones que funcionan para unos archivos y no para otros.

Y es que hacerlo todo añadiría complejidad no sólo a la hora de diseñar los controles de la herramienta. El diseño de las visualizaciones también se complicará, pero sobre todo, añadirá mucha complejidad al usuario final, que no lo tendrá fácil para conseguir visualizar sus datos entre tanto callejón sin salida.


2. Elige el paradigma adecuado

Dependiendo de las respuestas a las preguntas anteriores deberías elegir el paradigma que vas a seguir a la hora de diseñar tu herramienta de visualización. Esta decisión es con seguridad la que va a marcar de manera más profunda la forma y la función de la interfaz.

A día de hoy a hay dos líneas maestras, ya probadas, entre las que podemos elegir. Podemos hacer una herramienta de visualización basada en una gramática visual o hacer una herramienta de visualización basada en Charts (gráficos). Existe un tercer paradigma basado en interacción directa que todavía está en fase de investigación pero que conviene seguirle la pista por prometedor

Basados en gráficos

Los sistemas basados en Charts (gráficos) son los más conocidos. Herramientas como Excel o DataWrapper utilizan este paradigma. El usuario empieza por navegar un menú de visualizaciones estadísticas más o menos clásicas, elige el tipo de gráfica que quiere y a continuación rellena las opciones asociadas a dicha gráfica. Lo normal es que cada gráfica pida seleccionar unas cuantas columnas del conjunto de datos para ser utilizadas como los ejes o como los colores de la visualización.

Este tipo de interfaces tiene una barrera de entrada relativamente baja a costa de limitar la flexibilidad que tiene el usuario. Si el usuario quiere crear un tipo de gráfico que no se encuentra entre los disponibles, no tendrá manera de conseguir lo que quiere.

Basados en gramáticas visuales

Los sistemas basados en gramáticas visuales también son muy utilizados. El gran exponente es Tableau. En este tipo de herramientas el usuario se enfrenta a un canvas en blanco donde no empieza por seleccionar el gráfico que quiere conseguir sino que va especificándole a la herramienta cómo debe de mapear cada una de las columnas del conjunto de datos para crear la visualización deseada. Por ejemplo, si el usuario sabe que quiere crear un diagrama de dispersión elegirá una variable numérica para que defina el espacio horizontal de la gráfica y otra numérica para el espacio vertical. Por último seleccionará qué marca quiere utilizar para cada una de las filas de la tabla, por ejemplo círculos.

Este tipo de interfaces son mucho más flexibles porque no están constreñidas a un listado de gráficos predefinidos sino que podrá crear gráficos no diseñados de ante mano. La contrapartida la encontramos en la barrera de entrada. Empezar con un lienzo en blanco o tener claro qué posibilidades tiene una gramática visual no pone las cosas fáciles al que empieza de cero.

Basados en interacción directa

Todavía en investigación, los sistemas basados en interacción directa quieren conseguir la cuadratura del círculo. Hacer un sistema tan flexible o más que los sistemas basados en gramáticas y a la vez hacerlo tan accesible como Figma o Illustrator. Puedes jugar con prototipos como Data Illustrator de la Universidad de Maryland, GeorgiaTech y Adobe o Lyra del MIT.


3. Ya estaría

Es guasa. Queda lo más complicado, todos los detalles. Pero al menos, eligiendo el paradigma más adecuado para las necesidades de tus usuarios, sabrás que empiezas a diseñar una herramienta de visualización "a lomos de gigantes".

Si quieres seguir leyendo sobre el tema:

  • El paper que dió origen Tableau, verás que la interfaz no ha cambiado sustancialmente desde 2002. A mi juicio, esa es la prueba de un buen diseño, la prueba del tiempo.

  • El paper de Data Illustrator, galardonado con mejor paper de CHI 2018. Como reza la cita de William Gibson, “The future is already here. It's just not evenly distributed yet”. A mi juicio, este diseño es un pedacito de futuro.


El 17 de septiembre de 2022 el Instituto Tramontana imparte el programa de diseño y visualización de datos de ocho sesiones, para personas que quieran aprender los conceptos y ponerlos en práctica.

Instituto Tramontana
Máximo Gavete y la Filosofía como ventaja táctica

En octubre dará comienzo en el Instituto Tramontana, el Programa Técnico de Filosofía como ventaja táctica, dirigido por Máximo Gavete, con quien hemos conversado para conocer mejor la materia, la persona y el programa.

En pocas lineas: un poco de ti y de tu trayectoria profesional

Soy Licenciado en Filosofía y llevo desde el 2004 trabajando en diseño. Tras acabar mis estudios en la Universidad de Sevilla decidí hacer de mi afición por el diseño mi profesión. Me formé como técnico en diseño gráfico y preimpresión empezando a la vez a ejercer en un pequeño estudio de señalética y diseño editorial. Posteriormente, estuve más de diez años trabajando como freelance para distintas agencias y clientes creando marcas como Aplazame o Dogbuddy para en 2017 unirme al equipo de Soluble Studio. Allí tuve la fortuna de trabajar en branding estratégico, naming, identidad visual y verbal, así como producto digital para marcas como Ontruck, Dozen, Auro, Nae…. Fue una etapa preciosa que atesoro con cariño. En 2020 me uní al proyecto de Devengo como Head of Design para poder desarrollar desde dentro la marca que había creado para ellos desde agencia y poner el foco en producto digital.La Filosofía ha seguido acompañándome todo este tiempo gracias a la lectura y a las reflexiones que publico en Honos, la newsletter sobre diseño, filosofía y cultura que escribo desde hace más de 5 años y que tantos momentos buenos me aporta.

Es un placer que el Instituto Tramontana cuente conmigo de nuevo como director del programa de Filosofía como ventaja táctica en esta segunda edición.

¿Cómo es el día de un Head of Design, mucho café?

Supongo que hay tantas maneras de ser responsable de diseño como empresas donde exista esta posición. En la actualidad y en mi caso, estando en una startup pequeña, consiste en ser la referencia para los distintos departamentos en cualquier punto de contacto donde nuestra marca comunique. El foco principal de Devengo está puesto en el producto tecnológico y es ahí donde la mayor parte de la energía (y del café) se destina. Por otro lado, el tener una visión estratégica de lo que estamos construyendo y un ojo puesto en negocio hace que también departamentos como el de marketing o ventas requieran de lo que desde diseño y producto podamos ayudar a comunicar.

¿Si volvieras a empezar tu carrera, qué cosas harías diferente?

No soy de los nostálgicos, ni de los que se arrepienten, aunque si volviera a empezar sabiendo lo que sé, seguramente hubiera intentado vivir en otros países. Conocer otras culturas desde la vivencia y la aventura y no solo desde la experiencia de viajar.

¿En tu opinión, qué importancia tiene la filosofía para nuestro trabajo? 

La filosofía no busca coleccionar lo útil, sino atesorar lo valioso. Su tiempo es casi geológico y opera al margen del ritmo supersónico de la actualidad. Estudiar filosofía es subir una colina desde la que mirar el largo plazo. Alcanzar un mirador que te dota de perspectiva con la que afrontar serenamente preguntas sobre “¿qué estoy haciendo?”, “¿por qué lo estoy haciendo?”, “¿debería hacerlo?”… La filosofía, a lo largo de su historia, ha creado e influenciado sobre conceptos que usamos a diario en nuestros trabajos: conceptos como el de belleza, persona, producto, experiencia, calidad, bueno/malo… son las materias con las que la filosofía cocina sus platos. Conocer la génesis y el sentido de esos conceptos nos hace mejores profesionales.

¿Qué es para ti la Filosofía?

La filosofía, para mí, es un género literario: es literatura conceptual. Esto es algo que explica muy bien el filósofo Javier Gomá (que además de ser uno de los filósofos actuales más relevantes, nos visita en el Programa como profesor invitado para conversar con él sobre filosofía mundana). En el mismo plano que están la poesía, la novela o el teatro, está la filosofía.  

 

Es por esto que cuando nos preguntamos qué utilidad puede tener la filosofía tenemos que responder en la misma medida que es útil la poesía, la novela o el teatro. Solemos pensar que la poesía y la filosofía son un lujo, algo de lo que podemos prescindir, algo que de tenerlo puede que nos mejore, pero que de no tenerlo, no nos afecta ¿Es cierto esto? Porque luego la vida nos golpea con una pandemia y se muere un ser querido. O estalla una guerra en un país vecino, o empieza a haber una recesión a nivel mundial y los despidos en el sector tecnológico se vuelven masivos… Son en esos momentos de desconcierto, de niebla mental, de pérdida, donde la poesía y la filosofía se vuelven grandes valores que si los hemos sabido ir atesorando con el tiempo nos proporcionan no solo consuelo, sino también un intelecto entrenado.


¿Qué relación tiene la Filosofía con el Diseño?

La filosofía comparte con el diseño algo fundamental: no tiene contenido propio, es pura forma. Si el diseño se puede aplicar a cualquier entorno, la filosofía se puede aplicar a cualquier tema. Si a alguien le preguntan ¿A qué te dedicas? Y responde “yo diseño”, la siguiente pregunta (lógica) es “¿Y qué diseñas?”. Con la filosofía vendría a pasar lo mismo, aunque no se haga tan explícito. La filosofía es, al igual que el diseño, una práctica. Hace filosofía quien aplica una cierta mirada, o un modo de argumentar en un campo o ámbito específico. De tal modo que uno hace filosofía política, filosofía de la ciencia, filosofía del arte… Así, la filosofía cuando hace filosofía del arte, lo que hace es crear material literario sobre qué es el arte, cuando es filosofía de la ciencia, crea material literario sobre qué es la ciencia, etc. 


¿Quién es un referente para ti y ¿por qué?

Un referente es, etimológicamente, quien “te lleva nuevamente”, quien te trae algo de nuevo. Podría ser también la definición de “clásico”. Los clásicos son aquellos que fueron capaces de tratar temas, conceptos, de tal manera que siempre serán actuales: siempre te llevan nuevamente. Mis referentes, tanto en diseño como en filosofía, son aquellas figuras que he ido estudiando con los años y nunca han dejado de decirme algo nuevo. En el plano del diseño, son referentes creadores como Aicher, Papanek, Cruz Novillo… en el plano de la filosofía, son referentes autores como Platón, Sartre, Arendt, Bauman o Butler. 

¿Qué consideras que aporta el Instituto Tramontana en el ecosistema del diseño en España?

La propuesta del Instituto es única dentro del panorama nacional. Su visión humanista del diseño va de la mano de un propósito conciliador entre la utilidad y la emoción. La creación de productos y servicios digitales tiene, desde mi punto de vista, que reforzar su carácter relacional como facilitador de la (re)unión entre personas. El Instituto Tramontana, con sus programas, su equipo y su sede, arrojan una luz singular que es facilitadora del crecimiento de profesionales sobresalientes.

 

¿A quién va dirigido este programa?

El Programa de Filosofía como ventaja táctica no es un programa exclusivo para quienes diseñan, ni requiere de conocimiento previo alguno en filosofía. Tanto el formato de las clases como sus contenidos están ideados para cualquier profesional que quiera iniciarse en la filosofía, en sus conceptos y en su actualidad. Profesionales de la arquitectura o de la comunicación, publicistas, creadores y creadoras de contenido, así como perfiles técnicos o artísticos, son receptores válidos del programa y así lo fueron en la primera edición.Cualquier persona con interés por la reflexión, el debate y la lectura sobre textos valiosos para el largo plazo y aplicables tanto al entorno profesional como personal, cosechará un conocimiento enriquecedor. 

Aquí un fragmento del dossier del programa. Descárgalo aquí completo (pdf)

¿Cómo son y en qué consisten las clases del programa?

Contaremos con ocho clases de dos tipologías distintas. Cuatro de ellas, las que doy yo mismo como profesor, tienen la misión de introducir ideas y presentar corrientes filosóficas que son fundamentales para entender la historia del pensamiento occidental. Cada clase está dedicada a un concepto que haya sido tema de la reflexión filosófica, pero también objeto de nuestra cotidianeidad. Trataremos conceptos como los de belleza, libertad, persona, bien… y ahondaremos (sin pretender abarcarlo todo) en qué pensadores y pensadoras han aportado a lo largo de la historia de la filosofía las claves que han hecho que hoy nosotros pensemos esos conceptos como lo hacemos.

 

Las otras cuatro clases, las que facilitan profesores y profesoras invitadas, cumplen la misión de que el alumnado, conozca de primera mano tanto a filósofos, como temas actuales. Su formato es más abierto y van desde la exposición a la entrevista o debate. Grandes figuras de la filosofía española como Javier Gomá, Ana Carrasco-Conde o Eudald Espluga nos acompañaron en la primera edición.

 

¿Cuándo finalice el programa, qué logros conseguirá el alumno?

Las clases del programa están ideadas para que los alumnos y alumnas desarrollen el pensamiento crítico, reflexivo y analítico. La filosofía aporta a los profesionales creativos una reunificación del conocimiento parcelado y especializado que habitualmente aplican en su día a día. El carácter multidisciplinar de la filosofía, aporta conceptos para fomentar el diálogo y los vínculos entre disciplinas como el arte, la ética, la ciencia, el diseño, la tecnología, etc. que nos permiten enriquecer nuestro discurso y tener una mirada más vasta sobre la cultura y sobre nosotros mismos.


Quienes cursen el programa lograrán tener una visión de conjunto de lo que la Filosofía aporta a los grandes dilemas y conceptos a los que nos enfrentamos como personas y profesionales. Descubrirán autores y corrientes filosóficas que les aportarán métodos y maneras diferentes de afrontar problemas, fomentando su pensamiento lateral y reflexivo. En definitiva, pondrán en práctica la pregunta de la filosofía, la pregunta por el ¿Qué?.



El Programa de Filosofía como ventaja táctica empieza en octubre de 2022. Se trata de un programa técnico, de 8 sesiones, pensado para adquirir competencias y capacidades que se aplicarán en ejercicios constantes.

  • Cuándo: 8 sesiones los sábados por la mañana, empezando el 01 de oct.

  • Dónde: presencial, en la sede del Instituto Tramontana en Madrid

  • Cuánto: 1800€ para nuevos alumnos, 1600€ para alumnos actuales o pasados

  • Bonificable por FUNDAE: sí

Entra en la ficha del programa para más información o para inscribirte.

Instituto Tramontana
Participantes de la 3ª ed. del Programa de Dirección de Producto

Los proyectos y los productos que crea una sociedad son siempre tan buenos como la capacidad de quienes los lideran, porque ellos y ellas son quienes aportan la visión y articulan la ejecución, quienes orquestan el talento, los medios y la técnica para que todo ocurra. Quienes lideran sitúan el listón. Elevándose, elevan a sus equipos y sus empresas. No hay mayor responsabilidad que formarles bien.

En septiembre de 2022 empieza la tercera edición del Programa de Dirección de Producto, liderado por Íñigo Medina, y estas son las doce personas que se formarán en él:


El Instituto les acoge con ilusión, sumándoles a la creciente familia de quienes están mejorando, desde la ejecución y el liderazgo, nuestro sector digital.

Doce vueltas alrededor del sol

Las Horas eran doce diosas griegas que acompañaban a Apolo en su recorrido alrededor del sol para propiciar la kalokagathía, es decir, el acto de emprender obras que eran bellas (kalos) y buenas (agathos). Cada una de ellas tenía asignado un momento del día y una actividad: Anatole el amanecer, Musia la hora matutina de la música, Gimnasia el ejercicio, Acte el placer de la comida, Elete el trabajo de la tarde… Así, hasta doce, terminando con Arctos, el descanso en la última luz del día. 

El plan de Cristina González Bermejo al frente del UX & Design Hub de Repsol pasaba por reforzar y elevar su cultura de diseño. Tras un encuentro vespertino con todo su equipo —ellas trajeron magníficos quesos y nosotros pusimos dos buenos vinos— tomamos la decisión: Iniciaríamos un programa de doce sesiones alrededor de ese sol del diseño, deteniéndonos cada mes en una idea, una experiencia o un territorio, junto a alguien que compartiese su conocimiento y sus experiencias.

Hace apenas unos días terminó esa primera vuelta al sol en un encuentro muy especial. Cultura de producto, sonificación y diseño de lo acústico, escalado de equipos, gestión del talento, referentes históricos, narrativa… El balance es inevitable: miro atrás y siento que aunque el Instituto haya puesto todo lo que tenía para acompañarlas en su crecimiento, en realidad era yo quien aprendía cada día de ellas: de su ambición, su tenacidad, su madurez intelectual y esa mezcla de idealismo y sensatez tan difícil de lograr.

Tienes que subir a las nubes y después saber bajar a la tierra, después subir otra vez y repetirlo seis veces cada día.

Me lo decía José Ramón Pérez Agüera el otro día, compartiendo un café. Y yo volvía a casa precisamente pensando en ese equipo y en lo que hemos recorrido juntos, en la energía del Design Hub de Repsol y en la complicidad y el apoyo que han tenido de Valero Marín y Enrique Fernández Puertas. De la estrategia a la táctica y de lo intelectual a lo operativo, así hasta doce veces.

El Instituto nació con un plan muy concreto: elevar el nivel de quienes crean los nuevos productos y servicios de este país, formar sin pensar en lo que demanda el mercado sino en cómo podemos mejorarlo. Cuando nos encontramos con equipos y organizaciones cómplices en ese propósito, las ganas de trabajar, la fuerza y la motivación se disparan. Pocas cosas imagino más hermosas, útiles y necesarias.

Instituto Tramontana
Juan Morales y la visualización de datos

En septiembre dará comienzo en el Instituto Tramontana, el Programa Técnico de Visualización y diseño de datos, dirigido por Juan Morales, con quien hemos conversado para conocer mejor la materia, la persona y el programa.



En pocas lineas: un poco de ti y de tu trayectoria profesional.

Madrileño nacido en el 85, aficionado al dibujo y a la tecnología desde pequeño acabé estudiando informática sabiendo que me quería dedicar a la investigación.

Estudié un máster en inteligencia artificial y luego hice el doctorado en el campo de HCI (Human Computer Interaction), especializándome en visualización de datos.

Llevo dando clases más de una década en diferentes universidades, y ahora mismo, exclusivamente en el Instituto Tramontana.

Desde hace 6 años trabajo en Graphext donde compagino tareas como diseñador de producto y programador.



¿Si volvieras a empezar tu carrera, qué cosas harías diferente?

Habría aprovechado para hacer un Erasmus. Durante el doctorado tuve la suerte de trabajar 6 meses como investigador invitado en el HCIL en Maryland y me dí cuenta de lo enriquecedor que es vivir en otros países una temporada larga.

 

¿En tu opinión, hacia dónde está evolucionando el rol de los datos?

Pues es un campo tan grande que es difícil de decir, sobre todo porque avanza en múltiples direcciones. 

Por un lado las organizaciones son ya muy conscientes de que tener datos sobre lo que las rodea es fundamental para mejorar su actividad, aunque no todas se muevan a la misma velocidad. Muchas no tienen ordenados sus datos, otras todavía no saben analizarlos y las que saben, siguen ampliando su capacidad analítica. 



Por otro lado, los investigadores están avanzando, a un ritmo frenético, las técnicas de inteligencia artificial que están redefiniendo ya la interacción hombre-máquina y por tanto, como animal técnico, las capacidades del ser humano. Los coches autónomos, la traducción automática, la generación de imágenes a partir de una frase o los motores de recomendación no son más que la aplicación directa de la acumulación y análisis de datos.



Y por último quiero creer que en esta época de la post-verdad cada vez más gente pone su mirada en los datos como piedra maestra sobre la que tratar de entender el mundo. 





¿Cómo es el día de un diseñador de interacción y analista de datos?

Pues muy variado como te puedes imaginar. Algunos días estás comiéndote el tarro para ver qué color darle a un botón para que tenga la visibilidad justa y otros leyendo artículos para saber qué técnicas de cálculo de correlaciones son las que más te convienen.



Y aunque parezcan cosas muy diferentes, al final se trata de entender algo complejo y navegar entre un árbol de posibilidades para tratar de dar con una solución, que si tienes el día bueno, habrá resuelto la papeleta simplificando el problema.



¿Con qué herramientas trabajas en tu día a día?

Como diseñador, Figma es mi herramienta principal, si no tengo en cuenta el papel y el lápiz.

Para analizar y visualizar datos depende de lo que esté haciendo. Graphext si estoy explorando datos, Datawrapper o Vega si quiero visualizar para comunicar cierta información o simplemente Google Sheets o Python si estoy transformando datos o haciendo algo más particular. 



¿Qué tiene que tener un buen analista de datos?

Por un lado tiene que entender qué capacidades y limitaciones tenemos los seres humanos para percibir estímulos visuales. Esa base te da la pista para descartar diseños que posteriormente no van a funcionar y la guía para hacer visualizaciones eficaces.

Por otro lado, necesita conocimiento básico de unos pocos conceptos estadísticos super útiles. Al final tiene que entender muy bien los datos antes de poder visualizarlos.

Y finalmente un mínimo de gusto estético. La belleza es importante para atraer la atención y para respaldar un mensaje de manera profesional.



¿Qué otro tipo de formación has estudiado? ¿Te ha sido útil para tu trabajo?

Hice el séptimo programa Vostok en 2018 con Javier Cañada. Última edición y germen de lo que hoy es el Instituto Tramontana. Aprendí muchas cosas, desde cómo se presenta un diseño, que es la técnica más práctica que he aprendido nunca, a conceptos estéticos o movimientos sociales que me ayudan a no ser esclavo de la tendencia del momento.



También he hecho cursos de fotografía y ahora ando aprendiendo música, que me divierte mucho. No tienen relación directa con mi trabajo pero soy de los que piensa que todo suma. Y es que la última peli que viste puede ayudarte a que tu cerebro haga click y encuentres la solución a ese problema que tenías atravesado.



¿Qué es análisis de datos para ti?

Entiendo una visualización de datos como una herramienta para ayudar a alguien a realizar una tarea. Ya sea comunicar una gran cantidad de información de manera efectiva, atraer al lector, dar rigor a un mensaje, tomar una decisión estratégica o permitir la exploración interactiva de una gran base de datos.  



A nivel personal, aunque me considero un generalista, la visualización de datos es mi especialidad. Me encanta estar al día de las últimas investigaciones y comerme la cabeza con todos los detalles que tiene el diseño de una visualizaciones de datos medio compleja.



¿Quién es un referente para ti? 

Hans Rosling (1948-2017),  creador de Gapminder y autor de Factfulness. Médico y sociólogo sueco que apoyándose en datos nos contó de manera genial cómo tenemos una visión demasiado pesimista del desarrollo del mundo.



Tamara Munzner, profesora en la Universidad de British Columbia. En su libro de texto, Visualization analysis and design, propone una taxonomía para entender el área de la visualización de datos que me parece clave para cualquiera que quiera dominar el campo.



¿Por qué crees que es tan importante el  análisis de datos para los productos digitales?

Porque los usuarios lo demandan. Quieren tener una visión más completa y objetiva de su vida o su trabajo. Desde la aplicación de tu banco que te permite ver en qué te gastas el dinero, a webs para montar una tienda online que te ayudan a entender mejor a tus clientes. Si hay datos, se entiende que hay valor. Y la visualización es la herramienta perfecta para que una persona les pueda sacar partido directamente.



¿Qué crees que aporta el Instituto Tramontana en el ecosistema del diseño en España?

Lo más interesante del Instituto Tramontana para mi gusto es que no sólo intenta formarte para ser mejor profesional sino que intenta hacerte un poquito más culto.

El espacio es una delicia y el compromiso con el alumno insuperable.

 

Este programa, ¿A quién va dirigido?

El programa de Visualización y diseño de datos va dirigido a profesionales del diseño de producto o diseño gráfico que tengan que enfrentarse a la tarea de transmitir datos en informes o interfaces digitales, incluir un dashboard en su producto o diseñar una herramienta de análisis de datos. 

 Aquí un fragmento del dossier del programa. Descárgalo aquí completo (pdf)



¿Qué vamos a aprender? ¿Vamos a trabajar con casos reales?

Vamos a aprender a diseñar visualizaciones de datos entendidas como herramienta para ayudar a resolver una tarea y no simplemente como una imagen más o menos atractiva.

Aprenderemos cómo percibimos los estímulos visuales, qué hace que una visualización sea buena, cómo hacer el análisis previo de los datos, conceptos básicos de estadística, conceptos clave de cartografía y de storytelling con gráficos así como técnicas interactivas para sortear las limitaciones que tiene toda visualización.

Usaremos herramientas como Figma, Tableau, Datawrapper y Exploratory. Criticaremos y rediseñaremos (eliminando los problemas) una batería de visualizaciones reales. Criticaremos y haremos ingeniería inversa de muchas visualizaciones clásicas. Y por último realizaremos un proyecto final de análisis y comunicación de datos donde aplicar todo lo aprendido.

 

Cuando acabe el programa ¿qué logros vamos a conseguir? 

El alumno o la alumna que complete el programa tendrá destreza suficiente con varias herramientas de visualización y análisis de datos. Sabrá identificar problemas en una visualización que no funciona y cómo resolverlos. Usará con propiedad conceptos estadísticos que le permitirán entender y comunicar mejor un conjunto de datos. Habrá visto un catálogo enorme de visualizaciones estándares y no tan estándares. Y sabrá afrontar un proyecto de visualización de datos de mapas, series temporales o cualquier otro datos tabulado.


El Programa de Visualización y diseño de datos empieza en septiembre de 2022. Se trata de un programa técnico, de 8 sesiones, pensado para adquirir competencias y capacidades que se aplicarán en ejercicios constantes.

  • Cuándo: 8 sesiones los sábados por la mañana, empezando el 16 de sept.

  • Dónde: presencial, en la sede del Instituto Tramontana en Madrid

  • Cuánto: 1800€ para nuevos alumnos, 1600€ para alumnos actuales o pasados

  • Bonificable por FUNDAE: sí

Entra en la ficha del programa para más información o para o inscribirte.

Instituto Tramontana
Iván Leal y el diseño verbal

En septiembre dará comienzo en el Instituto Tramontana, el Programa Técnico de Diseño Verbal, dirigido por Iván Leal, con quien hemos conversado para conocer mejor la materia, la persona y el programa.

En pocas líneas: un poco de ti y de tu trayectoria profesional.

Soy Licenciado en Psicología y llevo más de una década definiendo y diseñando productos digitales. He pasado por todo tipo de proyectos, tanto como freelance como integrado en equipos, llevando tanto la estrategia de producto como creando y dirigiendo equipos.

Hace varios años fundé mi propio estudio, Tuelfworks, especializado en diseño y narrativa, para poder ayudar a las compañías en dos líneas: por un lado, a definir la experiencia de su producto. Por otro, para ayudarles a contar lo que son y lo que hacen, y a conectarlo entre sí para que toda decisión, todo mensaje, sea coherente, siga una misma estrategia y apunte en una misma dirección.

Ahora trabajo en Jobandtalent en la misión de redefinir por completo su propósito, su producto, su estrategia narrativa y conectar la experiencia analógica con la digital, con el objetivo de ayudar a las personas a prosperar a través de su trabajo.¿Con qué herramientas trabajas en tu día a día?

Mi día a día está más centrado en definir y conceptualizar flujos de experiencia y procesos de trabajo, unas veces a través de sesiones de equipo, otras de forma individual. En cualquier caso, trabajo con distintos tipos de herramientas que uso de manera colaborativa, ya que toda la información se va perfilando en equipo poco a poco: Notion, Gsheet, Gdoc, Figma…


Si volvieras a empezar tu carrera, ¿qué cosas harías diferente?

La verdad es que no hay nada en especial, cada cosa ha ido llegando en su momento y he tomado la decisión que he considerado más conveniente a cada paso. Si tuviera que decir algo, tal vez sería haber empezado antes a escribir y reflexionar sobre mi trabajo. Escribir nos fuerza a organizar nuestros pensamientos para dejarlos plasmados de forma coherente, para que otros los entiendan, y creo que ayuda a ir definiéndose a uno mismo como profesional.


¿En qué crees que te ha ayudado tu formación en Psicología para ser un buen comunicador?

No sé si me ha hecho mejor comunicador pero sí me ha ayudado a tener mucho más en cuenta el factor humano. Me ha servido para ser más consciente de cómo el impacto que un mensaje tiene en una persona puede variar enormemente en función de multitud de variables, a veces muy sutiles: el estado de ánimo, el cansancio, el escenario elegido, usar una determinada palabra y no otra, sesgos, prejuicios, expectativas… 

Hay una frase del experto en comunicación Frank Luntz que resume muy bien la importancia del factor humano: «No es lo que uno dice, sino lo que la otra persona escucha».

¿Qué es la comunicación para ti? ¿Qué caracteriza una buena comunicación?

Creo que la comunicación debe cumplir algo esencial: entender y hacerse entender, y en nuestro día a día estamos constantemente lidiando con las personas que nos rodean para llegar a ese entendimiento. Lo hacemos de manera tan automática que casi no nos damos ni cuenta.

Me parece que más que estados absolutos de «buena» o «mala» comunicación, hay grados de nitidez, y que el objetivo es conseguir una comunicación lo más nítida posible. 

Para mí, buena parte de los problemas cotidianos se deben a una comunicación poco nítida, que puede ocurrir por muchos motivos: información insuficiente, canal inadecuado, sobreentendidos, factores culturales que no se tienen en cuenta… Muchos de estos factores no los podemos controlar pero sí podemos tenerlos en cuenta para reducir la distorsión de los mensajes que emitimos y recibimos.


¿Quiénes son tus referentes?

A lo largo de los años he coincidido con muchas personas de las que he aprendido muchas cosas valiosas, incluso sin pretenderlo, tanto a nivel profesional como personal: de una el cuidado por los detalles, de otra su integridad personal, de otra su manera de comunicarse, de otra su habilidad para resolver conflictos. De hecho, hace un tiempo escribí un artículo pensando en algunas de esas personas que tanto me han aportado.

En este sentido, personas «de referencia» tengo muchas, y cada vez procuro fijarme más en lo que hacen especialmente bien las personas con las que me relaciono para poder «absorber» parte de ese conocimiento.

¿Por qué es tan importante la estrategia narrativa y los mensajes en productos digitales?

Cualquier producto digital trata de establecer una conversación con la persona que lo usa, e incluso antes de que llegue a usarlo. La «unidad» fundamental por la que se acaba estableciendo un vínculo entre producto y persona es la palabra, plasmada en multitud de mensajes.Tener definida una estrategia ayuda a saber qué decir, a darle el formato más indicados, a usar el tono más adecuado en cada situación.

Sin tener claras unas pautas mínimas es difícil ser consistentes a lo largo del tiempo, y las personas necesitamos saber qué podemos esperar de un producto. Gestionar bien las expectativas de un usuario depende en gran medida de lo bien construidos que estén los mensajes de un producto, de lo consistentes que sean.

¿Y por qué en el Instituto Tramontana?

Creo que la frase que representa su propósito lo dice todo, y comparto su intención: elevar el nivel de los profesionales que crean productos y servicios. Va incluso más allá de la disciplina del diseño. 

Me identifico con esa idea de ofrecer, y exigir, la máxima calidad como profesionales. Ese afán por ayudar a ser mejores profesionales es muy beneficioso tanto para la percepción que se tiene de la disciplina de diseño (y el respeto por el mismo) como para allanar el camino a las personas que van accediendo a este ámbito laboral.

¿Cuál es el objetivo del programa de Diseño Verbal?

En nuestro día a día estamos constantemente intercambiando información con otras personas, y las palabras son la herramienta esencial que tenemos para poder organizarnos, para dar instrucciones, para tomar decisiones o para comunicar nuestras intenciones e ideas.

Se da por hecho que todo el mundo sabe utilizar las palabras adecuadamente, que sabe escribir un correo, que sabe construir un comunicado a una compañía, o construir un argumento efectivo para presentar una propuesta a un grupo de personas. Sin embargo, ¿dónde podemos aprender a hacerlo bien, a ser más efectivos en lo que comunicamos?

Este es el objetivo del programa de Diseño verbal: aprender a usar las palabras como herramienta para pensar mejor y transmitir nuestras ideas con mayor precisión. Está diseñado para poder aplicar lo aprendido en nuestro día a día, especialmente en entornos profesionales. 

Aquí un fragmento del dossier del programa. Descárgalo aquí completo (pdf)


¿A quién va dirigido este programa?

Se dirige a cualquier persona que quiera mejorar su capacidad para organizar y comunicar sus ideas con precisión y claridad.

Lo más interesante es que entrenar esta capacidad nos sirve a nivel personal, da igual a lo que nos dediquemos. Creo que es de las capacidades más útiles en las que poner esfuerzos para mejorar.

Precisamente que asistan alumnos y alumnas de «mundos» profesionales variados me parece una de las cosas más valiosas del programa, porque nos ayudará a ampliar los horizontes y entender el valor y el impacto de las palabras desde muchas perspectivas distintas.


¿Qué vamos a aprender?

Entre otras cosas, aprenderemos a darle orden a nuestras ideas para poder expresarlas, a elegir las palabras más adecuadas para construir mensajes. Aprenderemos a elegir el formato y el canal más adecuado para transmitirlas en función de la finalidad y el contexto. 

También aprenderemos estructuras que nos ayuden a organizar la información para que se entienda mejor nuestros planteamientos. Veremos cómo ser más conscientes del lenguaje que empleamos para comunicar nuestras ideas con más claridad y precisión.


¿Qué enfoque vas a seguir?

El programa está centrado en cómo «diseñar con las palabras», en saber recorrer el camino desde la idea a un buen mensaje. Sin embargo, no creo en las recetas mágicas para construir mensajes, creo que cada situación de comunicación es demasiado compleja como para reducirla a unos pocos trucos de redacción que valgan en toda situación. Por eso me parece más útil analizar muchos tipos de mensajes y multitud de escenarios, ver qué factores son claves a la hora de articular nuestros mensajes y aprender cómo gestionarlos, para que los alumnos puedan adaptarlos a sus respectivas situaciones cotidianas. 

Creo que la capacidad de reflexión de las personas que asisten al programa para interiorizar y extrapolar el aprendizaje es más potente y efectiva que cualquier plantilla estándar que se les ofrezca.


¿Qué casos reales vas a tratar en el programa?

Los casos a analizar serán muy variados: analizaremos artículos de prensa, discursos políticos, eventos históricos, mensajes en productos digitales, anuncios publicitarios, campañas de marketing... Es por esto que el programa toca la palabra escrita pero no se limita a ella.

También analizaremos experiencias y situaciones reales de los propios alumnos, y contaremos con invitados especiales, especialistas de distintos ámbitos que vendrán a compartir su amplio conocimiento y su experiencia sobre temas muy conectados con la construcción de mensajes y la comunicación.


El Programa de Diseño Verbal empieza en septiembre de 2022. Se trata de un programa técnico, de 8 sesiones, pensado para adquirir competencias y capacidades que se aplicarán en ejercicios constantes.

  • Cuándo: 8 sesiones los sábados por la mañana, empezando el 17 de sept.

  • Dónde: presencial, en la sede del Instituto Tramontana en Madrid

  • Cuánto: 1800€ para nuevos alumnos, 1600€ para alumnos actuales o pasados

  • Bonificable por FUNDAE: sí

Entra en la ficha del programa para más información o para o inscribirte.

Los quesos del Instituto

En el Instituto nunca falta el queso. Lo servimos de muchas variedades y en multitud de ocasiones. Es nuestra manera de complacer los sentidos cuando ya hemos complacido al intelecto.

Los primeros registros que tenemos del queso como alimento están en el antiguo Egipto y en Mesopotamia. En esas civilizaciones se perfecciona la manera de fermentar la leche para poder conservarla y envasarla. Sin embargo, parece que es en la Antigua Grecia donde el queso gana su entidad como producto y pasa de alimento a manjar. Los griegos lo comen con frutos secos y pasas, con miel y aceite.

En Roma el queso se convierte en “los quesos”; se producen docenas de variedades, condimentadas con tomillo, romero y otras hierbas aromáticas; se come a diario y se exporta, como lo conocemos hoy, a todos los confines del Imperio. De ahí a otras culturas, y a hoy en día.

La tienda de Poncelet en Madrid, un templo.

Desde su fundación, el Instituto Tramontana confía a Poncelet la selección y preparación de los quesos que compartimos con alumnos, profesores e invitados. Ellos nos han enseñado, nos han descubierto y nos han deleitado, todas las semanas, con quesos maravillosos de cien lugares y regiones. Algunos, como el de Olavidia, recibieron el premio de mejor queso del mundo, tiempo después de que lo sirviésemos en la casa. No es casual que Poncelet esté considerada una de las mejores seis tiendas de quesos del mundo.

Quesos y Besos, de Olavidia. Nosotros lo servíamos antes de que lo premiasen ;)

Esta es una lista de las variedades que hemos servido este último año en el Instituto, con el país de orígen referido:

(ES) Queixo San Simon Da Costa

(HO) Maasdam

(IT) Pecorino Sardo - Curado

(FR) Beaufort Chalet Alpage 

(ES) Queso Arzua Ulloa 

(ES) Queso de Murcia - Curado 

(FR) Comte Marcel Petit Reserva 

(IT) Taleggio 

(ES) Mito

(FR) Tomme Adrienne à la truffe 

(ES) Queso Nabiza 186 IT - Asiago Maduro

(ES) Olavidia Quesos y Besos

(DP) Du Pays Truffé

(FR) Tomme de Savoie 25%

(SE) Almnäs Tegel

(HO) Gouda Fermier con Trufas

(ES) Queso Nabiza 

(IT) Asiago Maduro

(FR) Morbier Marcel Petite Reserve (3-4M)

(FR) Pont L Eveque

(FR) Comte Marcel Petit F.S.Antoine (10-15M) 

(FR) Livarot

(FR) Beaufort Chalet Alpage

(HO) Gouda Fermier Precidium 2

(FR) Comte Marcel Petite Plenitude (26-30M) 

(FR) Coulommiers Fermier 350G

(HO) Gouda 6-8 semanas

(ES) Queso de Arribes Ecológic

(ES) Quesazo 195

(IT) Pecorino di Pienza Stagio

Gracias a Poncelet por su magnífico servicio y gracias a quienes lo apreciáis todas las semanas, compartiendo buenos momentos en clases y encuentros.

EncuentrosInstituto Tramontana
Diseñar para el contexto, diseñar para la emoción.

El programa de Iniciación ha llegado a su ecuador. Han sido unas semanas intensas de mucho trabajo y de reflexión que están dando sus frutos.

Unos de los primeros temas que solemos abordar al empezar el programa es entender cómo los usuarios, el contexto de uso, el dispositivo y la interfaz juegan un papel fundamental en la creación de productos y servicios digitales. Comprender las necesidades, analizar las circunstancias y los contextos es clave para poder despejar las dudas –y quedarnos con las certezas– antes de empezar a diseñar.

Como si de una ecuación a resolver se tratase, estas cuatro variables se influencian y dependen las unas de las otras, nos proporcionan pistas, pautas y a veces limitaciones para proyectar nuestra solución de diseño.

Cuanta más información consigamos durante el análisis, más precisa será nuestra solución de diseño.

 

Ejercicio sobre un dispositivo no convencional

Hace unas semanas le pedimos a las alumnas que se imaginasen cómo sería un dispositivo de Spotify pensado para escuchar música dentro de la ducha. El briefing decía algo así:

Cuando nos metemos en la ducha, disfrutamos de un breve momento de desconexión, ponemos en orden nuestros pensamientos o simplemente disfrutamos. Buscamos nuestra playlist favorita, conectamos nuestro móvil a unos altavoces, le damos al play y entramos. Una vez dentro la ducha perdemos control sobre el dispositivo, no podemos pasar canción y tampoco subir y bajar el volumen de la música. ¿Cómo sería un dispositivo diseñado específicamente para ese contexto? ¿Podríamos potenciar ese pequeño momento de desconexión y que lo disfrutemos aún más?

Después de varias semanas de análisis, reflexión y un poco de frustración estas fueron las propuestas presentadas en clase:

Ana Rodríguez ha pensado en un dispositivo donde lo visual y lo acústico están equilibrados. Navegación simplificada, comandos de voz y modo karaoke, para poder interpretar esa canción que tanto te gusta y acertar toda la letra.

 

¿Realmente necesitamos una pantalla? ¿Y si prescindimos de toda interfaz visual? Este ha sido el planteamiento de Jorge Fernández. Su propuesta se enfoca en la continuidad entre dispositivos y una interfaz de voz complementada por gestos sencillos e intuitivos. El dispositivo acompaña, tú eres el protagonista.

 

Poner el foco en la tarea es esencial para poder ofrecer la mejor solución de diseño posible. Celia Lassaletta plantea un contenido curado que se adapta a tu estado de ánimo y enfocado a sacar el máximo partido a tu momento ducha.

 

El contexto nos limita, pero ¿y si aprovechamos esas limitaciones para que jueguen a nuestro favor? Vapor de agua, escasa visibilidad y movimientos limitados. Rocío Hernández lo enfoca desde lo sensorial, proponiendo una interfaz mínima pero con un gran poder evocador e inmersivo.

 

Si tu contexto es ruidoso, sube el volumen. Cristina Miquel apuesta por un dispositivo tremendamente sencillo que potencia lo sonoro. Aprovecha la direccionalidad para plantear una navegación intuitiva, que fluye, sobre todo con los ojos cerrados.

 

Ana Herranz pone énfasis en una interfaz maximalista, fácil de navegar y con mucho contraste. Ese planteamiento de máximos se traslada también a lo físico: acciones limitadas y botones grandes para un agarre perfecto, también en las situaciones más resbaladizas.

 

Puedes ver cómo el contexto de uso condiciona y limita la manera en la que podemos interactuar con el dispositivo, afectando, a su vez, a las decisiones que tomamos respecto a la interfaz.

Las buenas decisiones de diseño son las que tomamos desde el entendimiento de la tarea y el análisis de las circunstancias. Saber cómo y de qué manera usarán nuestro producto nos ayuda a hacer diseños funcionales, que nos facilitan la vida. Por otro lado, saber leer los momentos y los contextos, nos proporciona las herramientas para poder crear experiencias que nos provoquen emociones, nos den confort o nos saquen una sonrisa.

Si deseas más información sobre las personas que han diseñado estos conceptos, en esta página tienes la lista de las alumnas del Programa de Iniciación al diseño de interacción 2022 del Instituto Tramontana.

 
Instituto Tramontana
Diseño de datos para quienes crean y gestionan productos (once conceptos)

El buen diseño de datos salva vidas, empresas, carreras profesionales y tardes de domingo. Las buenas visualizaciones nos ahorran tiempo, dinero, enfermedades y disgustos. Saber diseñar y visualizar datos es una de las habilidades más preciadas entre quienes crean y gestionan productos y servicios.

Aquí van once consejos, pautas o ideas de quienes enseñamos en el Instituto Tramontana, especialmente útiles si te dedicas a crear, diseñar o gestionar productos digitales.

Vamos allá:


Se trata de diseñar señales

Los datos sin diseño son ruido. Distraen, aturden y confunden. Diseñarlos es, ante todo, decidir cuáles vamos a mostrar y cómo, o sea, convertirlos en señal. Después vienen los atributos visuales: forma, color, tamaño, posición, significados, metáforas, movimiento… Pero nada de eso es (buen) diseño si antes no se ha separado la señal del ruido.


Todo se reduce a una pregunta

Una visualización debe ser siempre la respuesta a una pregunta: ¿Necesitamos más equipo? ¿Hay que abrir más tiendas? ¿Está afectando un producto a las ventas de otro?

La pregunta viene de negocio, de estrategia, del equipo comercial… la respuesta ocurre desde el diseño. Cuanto más clara, más real y más directa sea la pregunta, más sencillo será diseñar la visualización que le de respuesta.

Los tres usos del diseño de datos

Para descubrir, para entender o para decidir. Esos son los tres usos de una visualización de datos. No hay más. Y cualquier otra que se salga de eso, probablemente sea ruido.


Uno: visualizar para descubrir

Entre los datos se encuentran fenómenos, relaciones, causas, que sólo aflorarán con la perspectiva y la visualización adecuadas. En el capítulo 2 del curso de Visualización de Enfoques se cuenta cómo Edward Tufte probó que el desastre del Challenger se podría haber evitado correlacionando visualmente las temperaturas y los fallos de las anillas de los cohetes en los días de lanzamiento. Del mismo modo, ciento cincuenta años después, Minard demostró que las grandes bajas de la tropa napoleónica en la campaña rusa no se debieron a la guerra, sino al frío y a los cruces de ríos.

La visualización de tendencias, de cambios de tendencia o las correlaciones entre fenómenos son las tres formas en que el diseño de datos nos puede desvelar motivos y causas de prácticamente todo lo que se pueda medir.


Dos: Visualizar para describir

Usamos el verbo ver como sinónimo de entender: “no lo veo claro”, “ahora lo veo”. No es casual. La vista informa al cerebro de manera directa, sin pasar por el centro de procesamiento del lenguaje. Por eso, tardamos menos en comparar dos objetos visualmente que leyendo sus dimensiones, o entendemos mejor el funcionamiento de un sistema complejo mediante diagramas que con descripciones verbales. Piensa en una red de metro, el plano de unos grandes almacenes o la evolución de tu peso en los últimos 10 años.

Las visualizaciones son un instrumento poderoso para contar, narrar, describir, con más potencia, velocidad y menos esfuerzo cognitivo que cualquier otro.

La comparación, la disección, las distribuciones en secuencias temporales o en cartografías son tus aliadas cuando quieres describir con rapidez, eficiencia y objetividad.


Tres: visualizar para decidir

¿Lleno el depósito? ¿Cuánta insulina me inyecto? ¿Incrementamos el presupuesto en publicidad? ¿Vendo esos Bitcoin? Decisiones.

De todas las preguntas que podemos hacerle a los datos, las más relevantes son las que darán respuestas accionables, las que nos ayudan a decidir sobre algo importante. Y si diseñamos bien esos datos, la visualización no dejará lugar a dudas.

Cuanto más concreto sea el umbral de decisión, más evidente y manifiesta tiene que ser la señal que nos da esa visualización. Un ejemplo: el coche nos muestra la gasolina que queda (informar), pero sólo nos alerta cuando entramos en reserva y hay que repostar (decidir). Otro ejemplo: los termómetros modernos se iluminan de rojo cuando la temperatura de la persona supera los 37,5ºC. Hemos cruzado un umbral de decisión y tiene que haber alertas. Seguro que te vienen a la cabeza muchos más ejemplos.

La anatomía de una señal

Convertir los datos en información, en criterio y en entendimiento. También mandar señales. Forma, color, tamaño, posición, fondo, movimiento, vibración, sonido… Esos son los ingredientes para convertir datos en información y entendimiento. Pero a veces queremos avisar, alertar o dirigir la atención. Para lograrlo provocamos cambios perceptibles y notables en alguno de esos ingredientes: un sonido repentino, una vibración, un cambio de color, un parpadeo…

Nuestro cerebro busca patrones, se acomoda en ellos y se alerta cuando ese patrón se interrumpe o se rompe. En ese momento, revisa buscando nuevos patrones para volver a comprender. Así trasladamos las señales.

Evita la polución visual

Es frecuente ver visualizaciones cuya única utilidad es epatar, deslumbrar, alardear. No satisfacen ninguna necesidad, no responden a ninguna pregunta, consumen recursos físicos, virtuales y cognitivos. Son ruido, polución visual. Evitemos caer en ellas, por responsabilidad y respeto a quienes tendrán que verlas o usarlas.

La frugalidad como táctica

Al diseñar una visualización, gasta sólo los recursos necesarios y que transmitan información. No uses color, sonido, cambios de posición, etc. si no sirven para responder a *la pregunta*. Usa esos ingredientes como si te cobrasen por ellos, con mesura y sólo cuando sean necesarios.


Dispositivos, interfaces y outputs

Cada canal tiene sus mecanismos de output, sus maneras de convertir datos a estímulos sensoriales. Una TV, un altavoz, el papel, un smartwatch o un móvil tienen maneras diferentes y complementarias de transmitir información; pueden usar imágenes, luces, sonidos, iconos, palabras o vibración, por separado o a la vez, con más o menos frecuencia, intensidad, volumen o detalle. La mejor visualización es la que emplea los recursos adecuados de cada dispositivo, la que los convierte en lenguaje de interfaz.

Piensa en el consumo energético de un hogar “¿Llevo mucho gastado?” Las maneras en que respondemos a esa pregunta desde el móvil o desde Alexa son completamente diferentes. En el móvil podemos ser más descriptivos (mira la gráfica de consumo), en Alexa podemos ayudar a la decisión con una locución: “Javier, tu factura de la luz ya pasa de 200 euros este mes ¿Quieres que pasemos a modo ahorro energético?”

Conoce el dispositivo que usará tu receptor, el contexto en el que lo usará y las posibilidades de su interfaz. Así tendrás la clave de qué y cómo diseñar eficientemente.


Mentir con visualizaciones ¡Ay!

Un gran poder conlleva… Ya sabes. En la fuerza de una buena visualización está su peligro. Diseñando bien los datos podemos ayudar a detectar lo relevante, comprender lo complejo o decidir lo urgente. Diseñándolos mal —o peor aún, intencionadamente mal— podemos provocar confusión, inducir a error o manipular comportamientos.

Las mismas leyes y principios que describen cómo las personas perciben y procesan los estímulos, son las que algunos usan para manipularlas. Modificar los ejes de una gráfica, provocar distorsiones ópticas, omitir datos o exagerar señales… Por desgracia, son prácticas muy frecuentes que pueden beneficiar a corto plazo pero acaban dañando la reputación de quien cuenta, quien diseña y quien firma esos mensajes. Además, son ética y moralmente reprobables. No muerdas esa manzana.


En mayo de este año, el Instituto Tramontana imparte un programa de diseño y visualización de datos de ocho sesiones, para personas que quieran aprender los conceptos y ponerlos en práctica tutelados por los mejores expertos.

 


Si no te es posible asistir, hemos creado un curso en video de 12 lecciones llenas de ejemplos y ejercicios, entretenido y cargado de rigor, que sintetiza lo más importante y necesario de esta disciplina. Siguiendo este enlace llegas a una página con el temario, la información y respuestas a tus posibles preguntas. Si tienes dudas, pregunta en tu entorno, mucha gente ha cursado ya este formato y podrá darte su opinión.

Aquí tienes el trailer del curso:

Instituto Tramontana
Danny Saltaren recibe el Premio Nacional de Diseño

Este lunes, de manos de SM el Rey de España, Danny Saltaren recibía el premio nacional de diseño en modalidad ‘Jóvenes Diseñadores’. En el evento, Saltarén, primer premiado de estos galardones que se dedica exclusivamente al diseño de productos digitales, destacó la importancia de la formación en las nuevas generaciones de diseñadores, así como el valor de diseñar tecnologías que no dejen atrás, sino que beneficien, a personas mayores.

El evento fue este lunes 21 en el palacio de congresos de Valencia, actual capital mundial del diseño y contó con la presencia de altas autoridades, encabezadas por SSMM los Reyes, que tanto en el discurso de SM el Rey como en el aperitivo posterior con los invitados, mostraron su sensibilidad hacia el ámbito del diseño como motor económico, poniendo el acento en el diseño de lo digital.

Discurso de SM el Rey en la entrega de premios.

El Instituto mantiene un vínculo especial con Danny Saltaren; se ha formado en varios programas en la casa y ha propiciado que muchas otras personas de la compañía que dirige lo hagan, compartiendo esencias, entendimientos e intenciones en lo que apela al diseño. A pesar de que el premio que recibió Saltaren sea a un joven diseñador, los nuevos alumnos ven en él un ejemplo y una inspiración y la escuela entera lo siente como un referente.

Muchas felicidades a todos los premiados y en especial a Danny Saltaren, sus socios y familia.

Danny Saltaren conversando con Diana Morant, ministra de Ciencia e Innovación.

NoticiasInstituto Tramontana
Participantes del Programa de Iniciación al Diseño de Interacción de 2022

Tras un intenso proceso de selección, anunciamos con alegría que estas son las siete personas que van a cursar el programa:

Nos ilusiona mucho y responsabiliza –por la confianza depositada– acompañarles y poder ayudarles a crecer en la profesión.

Instituto Tramontana
Espíritu, documental en abierto

¿Sabías que el reloj de pulsera se popularizó por un asunto religioso? ¿O que el diseño de la ropa, de los edificios y hasta la manera de cocinar cambiaron radicalmente en el s. XVII, después de que Europa se partiese en dos? ¿Dirías que los sistemas de diseño tienen que ver con todo esto? ¿Es casual que naciesen a pocos kilómetros de Suiza? Y Suiza, ¿por qué son como son y no son nada como Italia? ¿Qué le pasó al mundo en el S. XVI que cambió el diseño del s. XX?

Este corto-documental de tres episodios, titulado Espíritu y producido por el Instituto Tramontana, trata de explicar muchas de esas cuestiones.

El diseño de hoy es hijo de los matrimonios y divorcios de ayer y sólo entendiéndolo y conociéndolo nos hacemos dueños del diseño de mañana. Aquí lo tienes en abierto, para ver y compartir, durante un tiempo limitado.

Empieza el primer programa de Dirección de Diseño

No hay buen diseño sin buena dirección y no hay prosperidad sin buen diseño. Esa idea y la responsabilidad de formar a quienes la lleven a cabo, mueve el primer programa de Dirección de Diseño del Instituto Tramontana. El primero de esta institución, pero también el primero de España y de los primeros del mundo.

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El programa inició sus clases hace ya diez días. Estas son las personas que lo integran:

Xavier Altamiras

Antonio Angulo

Mario Blanca

Jacobo Busto (profesor asistente)

Jesús López

Alexia Molina

Natalia Sánchez

Salvador Serrano

Jacobo Vázquez

Carlos Yarussi

 

La primera sesión la dedicamos a hablar de cómo el diseño se cuenta y se presenta, de verbalización y retórica del diseño. Aquí algunas fotografías de la tarde.

Instituto Tramontana
Participantes de la segunda edición del Programa Profesional de Narrativa y diseño de Mensaje 2021-2022

Mañana arranca la segunda edición del programa de Narrativa y diseño de mensaje, como sabéis el criterio de selección no sólo busca la profesionalidad y la capacidad de influencia (presente o futura), sino también la sensibilidad en el trabajo, en el debate y en las relaciones humanas. Estas son las doce personas que van a cursar el programa:

Muchísimas gracias por la confianza. Ilusiona, responsabiliza y valida el propósito de Tramontana: elevar a quienes crean productos y servicios.

Instituto Tramontana
Acuerdo y programa entre Mendesaltaren y el Instituto Tramontana

Mendesaltaren y el Instituto Tramontana inician un programa de formación para enriquecer y robustecer los conocimientos de diseño de su creciente equipo.

En el último año, Mendesaltaren ha crecido sustancialmente en volumen de trabajo, impacto y responsabilidad estratégica junto a sus clientes. Ante el reto de crecer, la responsabilidad de mejorar. Más proyectos requieren más personas pero también más preparación y más madurez.

Del Instituto Tramontana han salido algunos de los mejores diseñadores y diseñadoras del mundo, en puestos de gran relevancia hoy. Entre ellos están los socios fundadores de Mendesaltaren y parte de su equipo más senior. Este año, la formación alcanzará a todas las personas que se están incorporando al estudio. Por responsabilidad ante los proyectos y por autoexigencia.

Diseñar es un acto empresarial y cultural a la vez. Lo que creamos es reflejo de orígenes y anhelos, bebe del pasado y se proyecta al futuro. El Instituto enseña a crear productos y servicios desde una actitud de estudio, trabajo y responsabilidad, formando no a quienes demanda el mercado, sino a los que lo mejoran cada día.

En este programa, el Instituto Tramontana y Mendesaltaren, cimentan las ganas de mejorar juntos, desde el diseño y los productos digitales, la prosperidad de nuestro país.

Puedes descargar la nota de prensa en PDF o copia de aquí la imagen con el texto:


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Dirigir (diseño) desde el producto

En junio de 2021 arranca la primera edición del Programa de Dirección de Diseño del Instituto, un programa pionero y necesario que forjará a la primera generación de líderes de equipos de diseño que se han preparado, que han estudiado, practicado, anticipado y ejercitado para poder llevar a sus organizaciones a lo más alto. Este es un extracto del dosier del programa


El equipo de diseño existe por y para el producto. Esta afirmación tan solemne y rotunda demanda una precisión: entendamos el producto no como el objeto tangible que se proyecta, se produce y se lanza. O, mejor dicho, no lo entendamos sólo así; es algo mucho más amplio y ancho.

El producto es un artefacto, un ingenio, algo que ocurre en el espacio y el tiempo, una mediación. El producto es, a la vez, la relación entre la compañía y su propósito, entre la compañía y sus clientes. Es un catalizador, una interfaz.

Físico como un automóvil, una tostadora o una radio, o virtual —pero igualmente tangible— como una app de streaming en la TV, una web o un asistente en un altavoz inteligente. El producto puede ser toda la experiencia desde que un viajero se acerca a una web de viajes hasta que sale del avión, ya en el destino. O puede ser las tres cosas juntas: las apps de viajes, de billetes, el interior del avión (su música, sus tejidos, sus aromas…) y todos los procesos de transición, todos los diálogos entre el cliente y la organización.

Sergio A. Leiva, quien ha conformado y dirigido algunos de los mejores equipos de diseño y producto de España, codirige el programa de Dirección de Diseño del Instituto.

Sergio A. Leiva, quien ha conformado y dirigido algunos de los mejores equipos de diseño y producto de España, codirige el programa de Dirección de Diseño del Instituto.

El producto puede ser todo y por eso lo es todo para el equipo de diseño. Existe el equipo porque hay producto y se diseña al equipo a medida del producto que se quiere crear.

No es un trabalenguas, aunque lo parezca: diseñar el mejor equipo de diseño es la clave para diseñar el mejor producto. 

Diseñar el equipo de diseño es responder a estas preguntas: 

¿Quién debe integrarlo?

¿Cómo se organizarán, cuáles serán sus reglas?

¿Qué herramientas usarán?

¿Cómo aprenderán y mejorarán individual y colectivamente?

¿Qué les mantendrá unidos de corazón, mente y propósito?

No hay gran producto sin gran equipo. Es más, la historia del Gran Diseño, así, con mayúscula, es la historia de los grandes productos y sus grandes equipos.

Dirigir (diseño) desde la cultura

En junio de 2021 arranca la primera edición del Programa de Dirección de Diseño del Instituto, un programa pionero y necesario que forjará a la primera generación de líderes de equipos de diseño que se han preparado, que han estudiado, practicado, anticipado y ejercitado para poder llevar a sus organizaciones a lo más alto. Este es un extracto del dosier del programa


Cuando Ignacio de Loyola fundó la Compañía de Jesús a principios del s. XVI, quiso que sus integrantes fuesen los líderes intelectuales de la Iglesia. Los jesuitas fueron, son,  ‘soldados’ que escribían, divulgaban, evangelizaban, enseñaban y trabajaban. Decían buscar a Dios en todas las cosas y todas las tareas y estar siempre dispuestos a partir hacia donde se les requiriese. No ha conocido la Iglesia Católica orden más eficaz y competente.

Un buen equipo de diseño debería ser a la organización lo que los Jesuitas fueron a la Iglesia.

El buen liderazgo de diseño piensa y predica, estudia, enseña y ejerce, busca la armonía y la perfección en todas las cosas y en todas encuentra motivo de ser. Igual que hacen los Jesuitas, allá donde existe la organización, actúa el diseño. En todo lugar y en toda forma. Desde el logos al pathos, de la potencia al acto y del propósito al producto.

La Compañía de Jesús se ha declarado unida al Papa por un vínculo de amor y servicio. De de la misma manera, los mejores equipos de diseño han servido e inspirado directamente a la más alta dirección de las empresas en las que existían. A menudo hasta han emanado de esa dirección, siendo su mente ideadora y su brazo ejecutor.

Algunos lo han llamado actitud: una manera de ser, hacer, hablar y estar que se tiene hacia los otros y hacia toda la compañía. Carisma, sin embargo, lo describe mejor. El carisma es consciente, es saberse de una cierta manera y en un cierto lugar. El carisma es la autoritas, trabajada y ganada.

Discurso y comportamiento, ser y estar, vencer y convencer, en el ímpetu de unos misioneros y en la misión de unos diseñadores.

El programa de Dirección de  Diseño empieza en junio de 2021. Son únicamente 12 plazas y el plazo de solicitud está abierto.

El programa de Dirección de Diseño empieza en junio de 2021. Son únicamente 12 plazas y el plazo de solicitud está abierto.